Moscú??

No, Madrid. Hace poco más de cien años, entre 1902 y 1910, el arquitecto Fernando Arbós levantó en la calle de Alcalá la iglesia de San Manuel y San Benito. Es el mejor ejemplo de aquitectura neobizantina de la capital. Tiene planta de cruz griega y una cúpula en cuyas pechinas se representan los cuatro evangelistas. Durante la Guerra Civil se salvó de las llamas, pero sólo porque el Gobierno del Frente Popular decidió utilizarlo como almacén.
Nueva York?

No, Madrid. La fachada del Banco de España es uno de los edificios más conocidos de Madrid, no así su interior, que no desmerece en nada la magnificencia que se ve desde fuera. Aunque el Banco de España fue fundado en 1856 no ocupó la actual sede hasta finales de siglo, cuando se levantó este edificio en el mismo corazón de la ciudad. Por fuera es de estilo neoclásico con toques venecianos, por dentro se asemeja a estaciones de tren como la neoyorquina de Grand Central Station.
Viena??

No, Madrid. La de Santa Bárbara era la iglesia que pertenecía al Convento de las Salesas Reales, fundado por la reina Bárbara de Braganza en 1748. A finales del siglo XIX las monjas fueron exclaustradas y el edificio del convento dedicado a Palacio de Justicia. La iglesia se convirtió en parroquia, una más de Madrid, aunque con regios inquilinos. En ella está enterrada la propia Bárbara de Braganza y su esposo, el rey Fernando VI, que no quisieron ser sepultados en el monasterio de El Escorial como el resto de reyes de España.
Lisboa??

No, Madrid. La catedral de Alcalá de Henares es sede de la diócesis homónima y la única en el mundo, junto a la iglesia de San Pedro de Lovaina, que posee el título de “Iglesia Magistral”, lo que implicaba que todos sus canónigos tenían que ser doctores en teología. Fue levantada en el tramo final del gótico, de ahí que muchos de sus elementos sean ya típicamente renacentistas.
Escocia?

No, Madrid. En 1907 Alfonso XIII inauguró el embalse de Santillana, construido sobre el cauce del río Manzanares. Para rematar la presa los arquitectos diseñaron una torre de estilo-gótico plateresco que sirviese de anticipo al castillo medieval que se encuentra al otro lado del embalse. En los años 60 se había quedado pequeño y se levantó una nueva presa delante de la antigua aunque sin conservando ésta. De este modo la torre se quedó en mitad del lago artificial, y ahí lleva más de un siglo viendo subir y bajar el nivel de las aguas.
A petición de Marisa..
Roma?

No, Madrid. Al noreste de la ciudad, no muy lejos del aeropuerto de Barajas, se encuentra el parque del Capricho. En origen fueron los jardines del palacio de los duques de Osuna, un palacete neoclásico que se encuentra en uno de los extremos del parque. Tanto los jardines como el palacio fueron levantados entre a finales del siglo XVIII. El templete dedicado a Baco, dios del vino, es uno de los monumentos más característicos de estos aristocráticos jardines.
Madrid??

Si, Madrid. La mole de la catedral de la Almudena se levanta poderosa encaramada sobre el promontorio donde hace mil años nació la ciudad. Unos metros más abajo discurre el humilde Manzanares, el aprendiz de río vilipendiado hasta la extenuación. Cuentan que, en cierta ocasión, un regidor de la Villa invitó a Lope de Vega a la inauguración de un puente. El dramaturgo se presentó en la ribera y, al ver el contraste entre la magnificencia del puente y la miseria del río, le dijo al regidor que Madrid tenía que elegir entre comprarse un río o vender el puente. Hoy, después varias obras hidráulicas que han estabilizado su caudal y le han devuelto la limpieza al agua, la ciudad puede tener las dos cosas: agua (aunque no mucha) y pequeños puentes como el de la reina Victoria, construído en 1908.