Siempre he dicho que los humanos nos parecemos a los animales y cada uno tenemos el nuestro. Una amiga muy querida me llamaba ardilla ..ardi ..y me encantaba , porque decía que siempre estaba saltando de árbol en árbol, de tienda en tienda, buscando frutos para crear nuevos diseños.
Mi ardilla interior ahora es más reposada y descansa más, por suerte.
Os puesto una cerámica maravillosa del Museo Nacional de Bellas Artes de Madrid.
Susana
Ardi, qué simpático apodo, qué dulce…
Ardilla interior reposada, claro, ya adulta, puff! qué bueno, descansa más!
Siempre creativa y amorosa, con ojos que sonríen!
Marisa
A mi me gustaría ser un colibrí.
Abrazos
alicia
A mi hijo Juan siempre le han llamado sus amigos COLIBRÍ por lo libre… lo alegre… lo exótico.
A mi hace poco unas buenas amigas me bautizaron con DELFÍN, todo un lujo de compación.
Abrazos a mi querido zoo.