Os cuento una historia muy bonita: Majo, nuestra Majo de Verili, me pidió en Agosto que si podía llevarle unos pañuelos de regalo a su amiga Anita, argentina y operada de cáncer; los usaba para cubrir su cabeza por los efectos de la quimio. Anita y yo empezamos a hablar por teléfono pues no podía yo ir a su encuentro pues me sentía muy mal después de mi operación. Seguimos..ella me aconsejada un centro que a ella le estaba ayudando mucho y que es para enfermos de lo mismo pues cada cuerpo es un mundo y cada caso totalmente diferente, pero llevar encima el nombre de este padecer no se olvida fácilmente por muy superado que uno lo tenga. Sentía mucha paz al escuchar su voz y ella empezó sentirse peor y esta vez era yo la que no podía visitarla por su empeoramiento.
Tuvo que venir Majo a Buenos Aires y concretamente a un desayuno en casa lleno de amigos del alma que adoro y cada día más para que Anita y yo nos abrazáramos; fue como un imán lo que nos unió. Vivimos un encuentro muy especial y quedó plasmado con olor a nardos que jamás olvidaré. El anillo Verili quedó encajado con amor en su dedo enfermo.
Han sido pocos meses, pero la quise desde el momento que nos miramos; sus ojos reflejaban mucho dolor y a la vez pura vida.
La pude acompañar, consolar y mimar varias veces antes de yo regresar a Madrid. Sus lágrimas calientes reflejaban la fiebre que la invadía. Me salía una fuerza sobrehumana para hablar con profundidad y escuchar lo que estaba sintiendo y de cómo su vida se iba apagando, pero sentía a Dios y tenía paz y sonreía.
Anita se fue de esta vida hace unas horas. Cuando la despedí en Buenos Aires la dije que pronto volvería para palpitar juntas por esa ciudad maravillosa, pero en el fondo sabía que así no sería.
Por suerte sé que ya está con Julián ayudándonos desde el Cielo. Dos amigos nuevos que se han ido; qué duro pero cuánto aprendí de vosotros; ahora os necesito mucho ¡
Majo, querida, gracias por compartir una amiga; está claro que el envío fue una excusa para que la conociera y pudiera querer mientras tú estas viviendo en Madrid; esos cruces de la vida que nadie puede preveer; tú en mi ciudad y yo en la tuya..Como me has permitido homenajearla hoy, como me gusta hacer con mis amigos, pues ahora te pedimos que nos hables de tu amiga de hace 20 años para que la tengamos presente; sois muchos cientos a diario en este espacio de sentimientos y aquí todos queremos lo mejor para todos. Que no sea un diario triste sino lleno de vida como la que irradiaba.
La vida es un regalo; que la gocemos con paz y que sintamos cada día como un premio.