Ayer no paré un segundo..pero de premio al día agotador y a las noches acumuladas sin dormir para dar lo mejor de mí , fueron estos barquillos..ummm..y varias tazas de té de violetas..qué descanso es poder disfrutar de un mimo.
Le compraba barquillos a una amiga que durante su embarazo no podía comer nada y decía que le sentaban bien..y que a su bebé le gustaban desde la panza..cuando huelo y beso a su hijo me pareciera que huele a esa mezcla de amor y oblea..es por eso que no me he podido resistir al barquillo de amor..
Marisa
Me encanta tu comentario de hoy. “Un niño que huele a amor y oblea”. Nada más bello. Gracias, Vero.
Belen
Rico y sano premio para un día Verili