Brillante clase a la que asistí en Buenos Aires, con mis compañeros de los lunes y jueves reunidos todos para la ocasión.
Brillante lectura y preparación por nuestro querido profesor..nos incluyó hasta una entrevista que le hizo el Loco de la Colina ( os la comparto abajo) .
Aún pudiera llegar a llorar por los sentimientos a flor de piel que vivi aquel primer lunes de mi llegada a esta ciudad del alma mía.
la foto 3
Hasta la pipa es bonita ..todo me remonta al pasado y me provoca amor a lo pequeño..por cierto, ayer compré una colección de libros antiguos de moda..el dueño fumaba en pipa también..esa expresión asusta porque te imaginabas a tu papà esperando enfadado en casa..
Terminamos compartiendo, comentando…criticando un poco a nuestra manera de terminar los españoles las palabras acabadas en la letra “D”..Borges decía bien que muchos la transforman en z..que feo Madriz..y la tl..escribia que no pronunciabamos bien esas palabras tipo atlantico..que verdad en el atleti..
Empanadas de Sanjuanino para celebrar este encuentro y para terminar ..buen vino Malbec..marché con todos los sentidos a full y con la sensacion de mucho y bueno..de intenso y sin prisas..de largas tertulias y en tiempos largos..
Hoy aterrizaré por la tarde..mi hogar me espera..espero saltar de alegria si me pueden traer a Emily ..darle un buen paseo..retomar con los olores ..y siempre nuevos aromas para nueva vida que arranca ..nuevos momentos..prende la llama..
QUINTERO. ENTREVISTA A BORGES
JOSË LUIS BORGES
Desde que supe que Borges iba a venir a la Colina comenzó a invadirme una mezcla de alegría y de preocupación. De algún modo era consciente de que iba a realizar una entrevista histórica, una entrevista para recordar.
Este señor victoriano que nació en 1899 llegó a la Colina con su ceguera física, su bastón y su leyenda. Se sentó junto a mí y respondió a todas mis preguntas con una exquisita cortesía, una cortesía que en ocasiones me hizo recordar los versos de aquel poema suyo dedicado a Ricardo Güiraldes:
Nadie podrá olvidar su cortesía;
era la no buscada, la primera
forma de su bondad, la verdadera
cifra de un alma clara como el día.
JESUS: ¿Ha sido un buen dia para usted en Sevila?
BORGES: Sí, como todos mis días en España: un día muy grato. Además, yo soy de la vieja cepa andaluza, sevillana y cordobesa, que yo sepa.
JESUS: ¡Ah, sí?
BORGES: SÏ.
JESUS: Yo no recuerdo bien…si usted ha ganado el Nobel o no; ¿puede aclarármelo?
BORGES: Bueno, puedo decirle que esté tranquilo, que no he ganado el Nobel. Los suecos son gente muy, muy sensata. No lo espero tampoco. Si pienso que le han concedido ese premio a Bernard Shaw, a Juan Ramón Jimenez, a Rudyard Kipling, a André Gide…ciertamente no lo merezco. Sería un poco ridículo que me lo dieran a mí. Son gente sensata.
REALIDADES, IMAGINACIONES, INVENCIONES Y TRUCOS LITERARIOS.
JESUS: Hasta que usted llegó, Borges, ¿se había escrito algo verdaderamente notable en…castellano?
BORGES: ¡Bueno! ¡Ja, ja, ja! Supongo que en una vasta literatura eso es lo de menos. Lo importante es el escrito. Que se haya escrito una página es importante; que se haya escrito una línea es muy importante; un verso, aun más importante. Pero hay también autores que…no sé por qué la gente se empeña en leerme a mí. Soy, no sé, una mera nota a pie de página. La verdad es que no puedo opinar sobre mi propia obra. La he escrito, pero no la he leído. Bueno, he leído algunos títulos, la prosa únicamente, pero en su momento, después, no. Trato de no leer lo que he escrito. Me sentiría muy descorazonado para seguir escribiendo. Prefiero leer a otros autores: así puedo pensar que soy esos autores, aunque, desgraciadamente, sigo siendo yo.
JESUS: ¿Un escritor genial no es realmente un falseador de la verdad?
BORGES: Sí, pero ese falseamiento de la verdad es parte de la verdad. Yo creo que nuestros sueños no son menos reales que lo que registran los periódicos. Sería muy triste que el sueño compartido que llamamos realidad fuera la única realidad. De todos modos, aunque los sueños no sean reales, la literatura, las literaturas lo son. El pasado es real, y el pasado es la materia más plástica de todas. Cada vez que recordamos algo, lo deformamos ligeramente: estamos continuamente modificando el pasado. En cuanto al presente, desgraciadamente, es mucho más teórico que el pasado o el futuro. Lo tenemos más cerca y tenemos que sobrellevarlo, pero se convierte en pasado. Como dijo Boileau: . Un verso tan hermoso merecería no ser de Boileau. Pero, en fin, fue él quien dío con ese hermoso verso.
JESUS: En Andalucía, ¿siente que está en la tierra de los mejores poetas?
BORGES: Sí, si pienso en Lucano, si pienso en Góngora, si pienso en Séneca—que fue un poeta a su modo—, si pienso en Rafael Cansinos Assens, a quien conocí personalmente. Pero ¿por qué mejores? Cada poeta es el mejor poeta y, cuando aciertan con un verso, loson. Todos somos los mejores poetas.
JESUS: ¿No piensa nunca en Lorca?
BORGES: La verdad es que debería haber mencionado a Lorca también, pero el hecho de que no haya ocurrido inmediatamente puede significar algo…No. Yo creo que Lorca fue un enorme poeta, pero tenía un estilo que me cuesta sentir.O sea, que mi sensibilidad es limitada. Cuando pienso en líneas como , por ejemplo, es bárbaro. Haber escrito eso basta. Además, escribió otras cosas, me parece.
JESUS: Hay quien dice que Borges es un seudónimo de un anciano gaucho que vivió en el siglo XIX.
BORGES: ¿Gaucho? No tengo nada de Gaucho, gracias a Dios.
JESUS: Es la leyenda.
BORGES: Esa leyenda ha sido creada por personas que vivieron en ciudades. No sé si usted sabe que la palabra es conocida en el campo, y la palabra , también. Hablamos de un paisano, un peón y el campo. La palabra es una palabra literaria. Ahora, ¿por qué se usa esta palabra literaria para mí? Yo nunca he sido gaucho y mis mayores tampoco.
JESUS: NO sabe manejar el cuchillo.
BORGES: Traté de aprender a vistear, pero fracasé. Además, soy miope…Se llama vistear porque, para manejar el cuchillo, hay que fijarse en los ojos del otro, no en la mano ni en el cuchillo. Fue una cosa que me enseñaron. Ahora, para un miope sería condenarse. Esa práctica desapareció con las armas de fuego. Con las armas de fuego, las armas blancasson inútiles. Las armas blancas, claro, exigen el corage y la destreza; sin embargo, las armas de fuego, no. Cuando se es chico, se desea tener un arma y, en mis tiempos, tener un revólver era flojo, era de cobardes.
JESUS: ¿Fue capaz de cabalgar sobre un caballo sin montura?
BORGES: No, muy poca gente lo consigue. Los indios hacían eso. Los indios consideraban que los gauchos eran malos jinetes. Y la gente que precisa riendas, que precisa una montura, que precisa estribos y espuelas no eran suficientemente capaces de montar a caballo, según ellos. Ellos montaban a pelo, directamente, y se implicaban con el caballo. El caballo, sin duda, sentía la animalidad del indio: se entendían, bien con palabras, en voz baja, con silbidos. Era un todo: el jinete y el caballo. Eran admirables jinetes, gente muy valiente, pero estaban condenados: si de un lado hay rifles y del otro hay lanzas.
JESUS: ¿Estudió usted en el mismo colegio, y hasta compartió el pupitre, con don Ernesto Guevara, el padre del Che?
BORGES: No, no creo. No, que yo sepa.
JESUS: Alguien me lo contó…
BORGES: Bueno, la gente es muy inventiva y, a la larga, esas invenciones son ciertas. Es cuestión de esperar un rato y…habré compartido ese pupitre. Sí, y con tantos otros, sí.
JESUS: ¿No cree usted, Borges, que sería muy literario hacer un Nüremberg en Argentina?
BORGES: Sí, quizá sea necesario hacerlo, pero, desde luego, no estoy seguro del libre albedrrío, no sé si puede haber castigos o premios. Yo, en todo caso, no querría ser juez, y menos, ejecutor y verdugo. Es una cuestión muy desagradable. Mi padre era abogado, y nunca creyó mucho en la ley. Y dijo que el Derecho, con las leyes que hay en juego, no es más que un juego. No sé, como el póquer, el truco, el ajedrez…Las leyes sólo son reglas de juego, obviamente. La justicia es otra cosa.
JESUS: ¿Le gustaría que el Lazarillo de Tormes le acompañara en un paseo por Sevilla o en un viaje por España?
BORGES: Bueno, creo que sería cometer un anacronismo. Y está severamente prohibído cometer anacronismos, aunque yo, de hecho, los cometo. Soy un viejo señor victoriano. Yo nací en el año 1899 y, decididamente, no soy un escritor moderno. Yo estoy un poco perdido en mi…; bueno, como todos, desde luego. Sin embargo, me ha sido dado asistir al descubrimiento de la Luna, y no voy a quejarme de esta época. Pero también he asistido a tantos errores. Claro, quizá todas las épocas sean horrorosas, sobre todo, cuando son presentes. El pasado, sin embargo, como dije hace un rato, se moldea y se modifica fácilmente..
TANGOS, MILONGAS, VERSOS Y OTRAS CREACIONES.
JESUS: Hable de usted, Borges, como si fuera su peor enemigo.
BORGES: Es que quizá sea mi peor enemigo. Por lo pronto, he cometido una grave indiscreción al publicar lo que escribo. Sin embargo, esa indiscreción me ha dado cierta impunidad; y he aprovechado en parte esa impunidad para hablar mal de los militares, de los terroristas, de lo que llamo cortésmente , que fueron realmente secuestros, torturas, asesinatos, de la más misteriosa de las guerras. Y todo eso lo hice antes de las elecciones, cuando era ligeramente peligroso hacerlo. He recibido algunas amenazas de muerte…; bueno, como todo el mundo, ¿no? Sobre todo, los teléfonos se prestan a ello.
JESUS: ¿Ha conocido de cerca a algún tirano?
BORGES: No. Tengo un lejano parentesco con dos tiranos: uno, con Juan Manuel de Rosas; y otro, con el doctor Francia del Paraguay. Pero no he conocido a ninguno, que yo sepa.
JESUS: ¿Ha escrito usted alguna letra de tango?
BORGES: No. Detesto el yango, pero he escrito muchas milongas, y me han salido bien, creo. Le debo todo eso a un musico argentino: Carlos Guastavino. Se cruzó conmigo en la calle y me dijo: Y le dije: Luego, días desupués, sentí que algo iba a ocurrir, y ese algo fue lo que sería después la Milonga de Jacinto Chiclana. Escribí ésa y muchas otras milongas, todas sobre personajes reales; bueno, personajes, digamos, de finales del siglo XIX y principios del XX. Todos eran de mi barrio de Palermo o del barrio de Turdera, que queda al sur, cerca de Lomas de Zamora. He escrito milongas sobre ellos, y creo que me han salido bien. Han sido cantadas por Eduardo Falú. Una de elñlas, la Milonga del muerto, fue prohibida por los militares, lo cual me agrada, desde luego. Ello quiere decir que no era del todo inofensiva. Estaba prohibida.
JESUS: ¿Qué piensa de eso de que los mejores años son los años perdidos?
BORGES: Hace una semana escribí un soneto—que no voy a leerlo porque todavía es ilegible, tengo que darle forma—sobre el hecho de que estos años, esta vejez, esta ceguera forman quizá la mejor etapa de mi vida. Me siento fácilmente sereno. Sé hasta lo que no puedo—no debo—hacer, y lo que puedo intentar sin mayor peligro.
JESUS: No sé si usted dijo una vez: . O algo así…
Boeges: Exactamente no dije eso, pero podría haberlo dicho. Es algo como…, más bien. Pero no estoy seguro. No conozco mi propio ahora. Lo he vivido, lo he escrito. No lo he leído.
JESUS: ¿Que empresa merece la pena en el mundo para lanzarse, adarga en ristre, sobre cualquier flaco Rocinante?
BORJES: Las empresas son importantes dependiendo del fervor que le ponga cada uno. Quizá cualquier empresa sea buena. En mi caso, tal vez ya haya escrito mis mejores o mis menos malas páginas, pero tengo que seguir. Ése es el destino del escritor. Ya no me queda otra posibilidad por delante. Y trato de no pensar en el pasado, sino de urdir continuamente textos literarios. Actualmente, tengo varios libros en preparación. Quizá el más importante sea Atlas, en colaboración con María Kodama. Se trata de un atlas deliberadamente heterogéneo, hecho en collage, con fotografías tomadas en lugares tan diversos como Nara, Oxfor, Nueva Inglaterra o Egipto, o Sevilla, y, desde luego, con textos míos en prosa o en verso que no necesariamente tienen que referirse a esos lugares. Luego, estoy preparando también un libro de cuentos fantásticos: se titula La memoria de Shakespeare. Ese tema me fue dado por un sueño hace muchos años. Y, luego, también preparo un libro de poemas…llamémosle así. Trabajo en eso continuamente. Cuando estoy solo, estoy corrigiendo borradores mentales.
GAZPACHO Y HORCHATA
JESUS: ¿Cual es su viejo refrán, señor Borges? ¿O no cree en los refranes?
BORGES: Los refranes suelen contradecirse. Son sentencias. Pueden ser hermosas.
JESUS: Hay uno que dice: ¿Eso es una tontería?
BORGES: Bueno…mis ojos no ven y mi corazón siente.
JESUS: Por eso…
BORGES: En este caso… En fin, cuando veía, también sentía.
JESUS: ¿Qué tópicos le gustaría destruir de Latinoamérica?
BORGES: Bueno, adolecemos de tantos… En mi país, por ejemplo, el culto del gaucho es absurdo, desde luego. A un tío mío le pidieron que hablara sobre el gaucho y él dijo: . Lo cual no fue bien recibido.
JESUS: ¿Terminará venciendo la libertad en América?
BORGES: Sí, pero tendremos que esperar unos años. Usted lo verá; yo, no. Se trata de una lenta convaleccencia y una lenta resurrección.
JESUS: Borges, ¿qué no le gusta de España?
BORGES: A ver…¿qué podría decir? Bueno, voy a ofenderle a usted: probé con escasa fortuna el gazpacho.
JESUS: ¿No le gusta el gazpacho?
BORGES: Me pidió una sola cosa, ¿no?. Sí, el gazpacho.
JESUS: Durante muchos años hemos vivido de eso.
BORGES: Sí…bueno.
JESUS: Como único alimento.
BORGES: Lo siento mucho. Yo prefiero el arroz.
JESUS: Y aparte del arroz, ¿qué otros platos españoles le gustan a usted?
BORGES: Tienen ustedes una admirable bebida: la horchata. Me gusta muchísimo.
JESUS: La horchata.
BORGES: Sí. De modo que es una compensación, ¿no? Gazpacho, no; horchata, sí.
JESUS: Debe ser muy emocionante este reencuentro con Sevilla.
BORGES: Sí. Yo descubrí Sevilla…Bueno, yo la conocí literariamente el año 1920. Creo, no estoy muy seguro, las fechas son vagas. Y recuerdo a Adriano del Valle, a Luís Mosquera, a Isaac Vando Villar, a Pedro Garfias…Y luego, ya sentí las obras de Cansinos, a quien conocí después en Madrid, y Cansinos estuvo siempre conmigo. Es uno de mis bienhechores, él personalmente y su obra.
JESUS: Hace unos días Alberti me dijo que a él le parecía que usted había vivido en Sevilla.
BORGES: Bueno, he vivido en Sevilla, sí, pero durante cuatro meses. No sé si eso autoriza a decir que he vivido aquí. Sí, residía en un hostal, en la plaza de San Fernando… creo que se llamaba así…Bueno, no me acuerdo del nombre del hotel. Mi familia paraba en ese hotel.
JESUS: ¿Se sigue asombrando de sí mismo?
BORGES: No sólo de mí mismo…Sigo asombrándome del Universo, de todas las cosas, Eso ya lo dijo Chesterton mejor que yo, cuando dijo que seguía asombrándose de la noche, la nube mayor que el mundo, y un monstruo hecho de ojos. No lleno de ojos, sino hecho de ojos.
JESUS: ¡Qué bonito!
BORGES: Es hermoso, sí. Y nadie piensa en él como poeta, y lo fue, admirable. Era un experto en metáforas imposibles. En un requién dice que el mármol es como luz de la luna maciza; y el oro, como fuego congelado. Espléndidas metáforas imposibles.
JESUS: ¿No pierde la ilusión?
BORGES: No, sigo ilusionándome. La gente me ayuda a ilusionarme, todos fomentan mi ilusión…Bueno, de igual modo que toda España fomentó la locura de don Quijote en la segunda parte. Así fomentan mi actividad literaria.
JESUS: Bueno, éstos son esos encuentros que permanecen siempre en el recuerdo. Me ha gustado mucho estar con usted.
BORGES: Y a mí estar con usted, estar con ustedes, con cada persona que me escucha.
JESUS: Muchas gracias.
BORGES: Gracias a usted, que me ha tolerado, no sé durante cuánto tiempo…¿Un cuarto de hora?
JESUS: No…más.
BORGES: Bueno, dieciséis minutos, digamos.
JESUS: Ja,ja,ja,. Muchas gracias. No quiero cansarlo más.
BORGES: No, no estoy cansado. Buenas noches.
FIN DE LA ENTREVISTA A ESTE GRAN SER HUMANO: BORGES.