Recordáis la canción: “Ese toro enamorado de la luna, que abandona por la noche la maná..y le puso campanero el mayoral..”. Pues no me refiero a él sino al oficio de tocar las campanas que está en extinción. En un pueblo de Orense 4 jóvenes han aprendido de sus mayores ya que se pierden la oportunidad de aprender a repicarlas y prefieren hacerlo antes que no ” hacer nada” los domingos por la mañana”.