curiosidades 2
Me entró ataque de risa, de esos que me gustan con carcajada nerviosa. Fue ayer en una calle de la ciudad de Mendoza. Al señor no se le veía, sólo los nudillos de su mano..y cómo iba de rápido. La vida hace que para algunos sea la única forma de cargar con esa puerta o tabla inmensa. Por suerte allí no hay control de tráfico. Veo a mucha gente llevando bandejas o paquetería en sus cabezas..parece el mundo al revés, pero me alegra esa frescura y sensación de libertad ante el ridículo.