Aquí las llaman jacarandás. Lucen en cadena por las calles; unas ramas tocan las otras y como ya empiezan a perder la flor, las aceras se tapizan de color morado. Si coges la flor, se pudre al momento; si la pones entre las hojas de un libro se reduce a la mínima expresión. Mejor dejarlas en libertad. Hay colores que se asemejan al tono Verili, pero éste es realmente muy similar. Hay un árbol inmenso, que es de la misma especie pero da la flor en color fresa; un espectáculo. Siempre es la Naturaleza la protagonista.