En “mi época”, se decía “me voy a hacer la cera”; ahora, con tantas técnicas, se dice: “me voy a depilar”. Todo esto viene porque paso caminando a veces por una calle que justo huele a cera caliente y es porque aquí existen negocios para embellecer al hombre y a la mujer; abundan las peluquerías; un recuerdo a la zona de Chueca en Madrid, que está plagado de salones de belleza. Volviendo al olor a cera caliente..es que directamente me ha transportado a mi adolescencia ya que ahora son tan sintéticas y de colores ( fresa,pitufo,rosa claro..) que no huelen como la de hoy. Recordáis que calentábamos un cacito? con una espátula de madera..casi de las de la cocina.Luego vino el aparato eléctrico y ya ni os cuento con la llegada del Epilady que dolía un montón, casi que te anestesiaba la pierna..después llegó el Silkepil y era una tortura..estamos en la era de las bandas frías a base de aloe, de almendras..todo muy puro.