Salgo del acto de entrega de los libros de la “Fundación Lo que de verdad importa”, escritos por nosotros, los narradores, que hemos acompañado durante meses de este año en sus residencias de ancianos.

Hemos narrado sus historias de vida. Me encomendaron escribir la vida de Don Antonio, de 103 años. Una vida sencilla, estricta y austera, de mucho trabajo y dedicación familiar.
Cada semana le visitaba en su pequeña habitación encalada de la residencia donde vive. Horas de escucha y mucho amor, entrega y respeto, dedicación y paciencia para enlazar cada frase escuchada, cada expresión y anécdota contada.

El resultado ha sido un libro escueto a petición suya que he escrito a modo de legado para su familia. Siento que le conocerán mejor aún, los nietos sabrán más de su buen abuelo. Una maravillosa experiencia.
