Son piezas de vestir en desuso pero muy originales. La hermana Josefa los utiliza en Buenos Aires para servir las comidas y así no mancharse su ropa.
Se los hacen en España; nuestra tierra tan querida allá. La galleguita, como me llaman en el comedor, está deseando volver a cuidar a los peregrinos. Qué elegancia que los llamen así y no mendigos; claro que viniendo de alguien que usa manguitos no los puede tratar mejor.