Es una contraseña que tengo con mi hija Bárbara pues cada vez que vemos a alguien con los pelos naturales o con peluca, abultados o muy rizados nos recuerda a un anuncio de publicidad de la tv cuyo número de contacto era 118..Nos miramos y repetimos esta numeración..y nos reímos, claro.
Estos chicos estuvieron pidiendo en todos los semáforos de la ciudad durante unos días para con ese dinero ayudar a crear hogares para os más necesitados. Cada cual llevaba pelucas, gafas o pinturas más llamativas y todo por una buena causa. Esto ocurre aquí y sólo aquí; no hay vergüenza y no se preocupan por el “que dirán..” que en Europa me produce rechazo.
Ayer en el Pilar de Recoleta, unos jóvenes llevaban carteles de Abrazos gratis y por supuesto que al verlos, me lancé sin pensarlo. Quiero abrazar en Madrid.