Ayer quise salir pronto de viaje y cargué el coche de lo lindo pues deseaba que llegara ese día. En el momento de apretar el mando para que se abriera la puerta, ésta no quiso hacerlo y me fastidió el plan. Lo intenté de mil maneras y busqué por muchas horas, y mira que me faltan antes de marchar, la tarjeta del técnico que ya en su día vino una vez…y nada. Una amiga (la de las gafas de sol de ayer) tuvo que venir a buscarme y ya se nos fue medio día, además de volver a descargar y cargar el otro auto ( vamos a “chechear”, como me dijeron una vez..).
Hoy por suerte, encontré el teléfono después de tanta intensidad mental y digo por suerte porque estaba mal apuntado y se me ocurrió..cambiar un 9 por un 6 y le localicé ¡¡ sí, como leeis. El señor me dijo que en su día le hicieron mal las tarjetas en la imprenta y que se equivocaron con los dos números y que efectivamente era un 9 pero al revés..
Era tal tontería que por supuesto tuve que pagar excesos por nada de trabajo pero son momentos en que lo haces porque ves la luz para salir de casa conduciendo..35 euros de desplazamiento por girar una manivela que estaba atascada.. Pues bien, como ya os cuento mis actuaciones en estos casos..le dije que ya que había sido cuestión de 1 minuto, que le revisara a mis vecinos su puerta pues desde hace años les veo entrando y abriendo con la mano..Dos pájaros de un tiro pues desde hoy no se creen que puedan entrar con sólo pulsar un botón..
He valorado mucho el poder salir y entrar cuando quieres, sin saber que en un segundo te puede cambiar el rumbo. He agradecido a las personas que se ofrecían con sus coches para ayudarme.
Gracias a la vida que me da tanto.