Por quinta vez viajo en peregrinación para abrazarme con la Virgen. Para el que no lo entienda, os cuento por propia experiencia que en ese cerrito se vive algo sobrenatural; no hay palabras para explicarlo. Los enfermos sienten consuelo, los no creyentes creen, las familias que sufren descansan, la fe aumenta y el amor se multiplica.
La Virgen baja en un momento del rezo del Santo Rosario y os aseguro que es una sensación de que el cuerpo se para; los miles de enfermos se callan; sólo los pájaros cantan y a veces se escuchan y no hay..huele a rosas y no hay..a nardos y no hay..todos los que allá subimos bajamos nuevos y con un deseo enorme de volver.
Entiendo que haya gente q no crea; comprendo todo y tal vez al escribirlo a alguien le entre un nervio por dentro o un escalofrío..si así fuere, ya dio fruto.
Esta vez llevo un pequeño rebaño que he ido animando y contagiando con mi pasión y amor a la Santísima Virgen. Muchos leen este blog y podrán testimoniar y dar fe de que yo no estoy loca..
Nos acompañan en esta peregrinación de familias especiales, llamada así por llevar discapacitados y enfermos: los padres y hermanos de Julián, la viuda de nuestro amigo Luis que marchó en Semana Santa al cielo , una amiga de España y profesora del cole de mis hijas; nuestro querido Vicente, Fernando que juega al basket en la fundación de Cecilia; Maria Bernardita, que conocí al salir de misa el día de la Virgen de Lourdes en Bariloche, mi hija Bárbara, Marina..amigos y nueva familia que vamos a integrar. Por supuesto os llevamos a todos y con vuestras familias. Si queréis pedir algo, antes de viajar a las 7 de España, me lo escribís pues llevaremos vuestras intenciones.
Es una locura de amor la que vamos a vivir; os lo contaremos a la vuelta; si no, no haríamos 24 horas de bus por amor a la carretera.
La vida es un regalo y en el amor de Dios es grandiosa +