Fui al teatro el domingo, a ver una obra maravillosa sobre la decisión de Santa Teresa de empezar con el Carmelo y dejar el convento de la Encarnación, donde empezó como monja. Fue puro delirio de amor a Dios.
Pues bien, volviendo al tema..una señora mayor de detrás hablaba alto porque no le funcionaban los audífonos..otro tosía, otra abría la cremallera del bolso de charol..otra abría un caramelo de esos ruidosos que deberían extinguir..y cómo tardaba ¡..y como era un teatro muy pequeño se oía todo..nada me distraía de la esencia pero uno debe ir preparado sabiendo q si es hora y media, todos en silencio y bien aplicados..ah ¡ y los teléfonos apagados, nada del silencio que se oye..